Hoy en día, la pizza es un alimento muy consumido en todo el mundo y existen muchos debates sobre los ingredientes a utilizar (con o sin piña, ¿barbacoa?, etc...), pero nos parecen todos válidos e incluso resulta interesante hacer pizzas dulces como postre o para desayunos y meriendas.
El amor argentino por la pizza tiene un origen histórico que se remonta a la llegada de inmigrantes italianos a Buenos Aires durante el siglo XIX y los primeros años del siglo XX. La versión porteña de la pizza italiana tiene un poco más de todo: más grosor, más queso, más aceite y, en general, más ingredientes.
En 1893 un inmigrante italiano procedente de Génova se instaló en el barrio de La Boca y abrió una panadería junto a su hijo, Juan Banchero. En ese lugar surgió la llamada fugazza con queso, palabra que proviene del genovés fugassa (focaccia), teniendo como ingrediente principal la cebolla.
Aunque la fugazzetta original es con dos masas circulares una sobre otra con queso en el medio y cebolla encima, nosotros haremos nuestra versión, igual de rica y más ligera.
Ingredientes (4 personas):
Masa:
Relleno:
Elaboración:
- Poner en un recipiente grande el agua tibia.
- Seguidamente diluir la levadura
- Añadir poco a poco la harina y finalmente la sal.
- Amasar durante mínimo 10 minutos, enharinar la bola y tapar con un paño de cocina. Dejar reposar 1 hora ó hasta que doble su tamaño.
- Precalentar el horno a 220º
- Cortar las cebollas en laminas, tipo juliana.
- Sacar la masa del recipiente. Extender la masa ya reposada sobre una bandeja de horno untada previamente con aceite de oliva.
- Rociar con un chorro de aceite de oliva en espiral sobre la masa.
- Extender una primera capa de queso mozzarella (250 gr. Aprox.).
- Sobre el queso, hacer una segunda capa de cebolla que ocupe toda la superficie.
- Agregar sal, pimienta negra y decorar con las aceitunas en circulo.
- Después poner una última capa con la Mozzarella restante y el Parmensano
- Hornear durante 12-15 minutos
- Agregar Orégano y dejar reposar 5 minutos.